Hace algún tiempo, un cuate me regaló dos libros de esos Best Sellers -yo no sabía si reír o llorar- porque cabe aclarar que yo quemaría todos esos ejemplares en las librerías referidos a la superación personal o el estilo de éstos (que no cito por miedo a parecer intolerante y de poco criterio) pero finalmente eran recomendados por alguien que con toda su buena voluntad aseguraba que esto podría ayudarme a resolver el enigma para yo regresar a la eterna “normalidad”, -y bien- después de resistirme por muchas horas (porque no me gustan las recetas ni en la cocina) un fin de semana de esos largos tome los dos y tirada en el sillón y aunque poco dispuesta comencé a leer, -debía hacerlo- y bien ahora están en el nivel de librero que da al piso.
Y es que siendo sincera, he de decir que no solo no disiparon el “desman” sino que me dejan más confundida y pensando en lo lejos que estoy de los estándares de vida que nos han hecho añorar y aprenender como quien se aprende el himno nacional en cada lunes de homenaje- (aunque respeto a quienes estos ejemplares han guiado por el camino del TRIUNFO, palabra con la que estoy peleada a muerte y luego les explico) tengo algo que decirles a los autores...
Respetables señores que se han dedicado a escribir “leyes de atracción” que son poseedores de una sabiduría milenaria (Newton, Darwin y Copérnico y otros, disculpen, si mi burrada aseveración los molesta, no es por ustedes es por ellos)… las circunstancias son infinitas- compruébenme con hechos que la actitud, la fe y la falsas ilusorias mentales son suficientes para lo que ustedes nombran “cambio de vida” - y bueno- a ese cambio de vida yo le llamaría simple y llanamente EQUILIBRIO, es lograr ser coherente con lo que hago, quiero, pienso y con lo que siento y eso no se consigue así nomás una tarde de lectura, ni con disposición, no vendan espejismos seudo-intelectuales, que nomás chaquetean a uno, lograrlo no depende siempre de buenas intenciones, no, en una sociedad como en la que vivimos, donde en ocasiones la sobrevivencia es tajante con aquellos que aspiran a esos estándares de los que hablo, ligados a una falsa idea del éxito.
Mientras tanto Yo aquí sigo con mi desorden mental,
que causa ideas caóticas con tintes de histeria y absurda banalidad
que causa ideas caóticas con tintes de histeria y absurda banalidad
hola chaparrita ya leei tu desorden
ResponderBorrarno sabia que escribias esta clase de cosas, me parece una buena manera de distraerce y de una u otra forma sacar lo que sietes
Hola Alejandro porque se que eres Anonimo jejeje, ya ves tengo mis encantos ocultos! Gracias por leerme.
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