31 de marzo de 2009

Ya pintaba, para un día de esos...

Sí, un día de esos que me hacen pensar que mi vida es completamente inútil, difusa, deficiente, vacía y vil. Todo comenzó cuando desperté cincuenta minutos antes de que sonara el despertador -así es- como si nada desperté, mire al techo vi la hora y me quede ahí esperando, con la mente en todo y en nada y sin rezagos de sueño, eso no sucede con frecuencia yo podría dormir 48 horas seguidas, despertar, comer algo y volverme a dormir, pero al parecer el calor que se ha sentido en la Ciudad de México ha dejado estragos en mi reloj biológico… (Por si no fuera suficiente con eso, el domingo cambiamos a vivir en el Horario de Verano que se come un hora para ahorrar energía –dicen- pero que sabe a donde vaya a parar ésta hasta que el bendito invierno no la traiga de regreso -pasu- eso me molesta mucho)

Vivir en el DF o en una ciudad tan caótica ya tiene implícito un karma, donde el tiempo y la distancia son verdaderamente relativos, es que lean ustedes, en el trayecto de mi casa al trabajo, si utilizo automóvil tardo aproximadamente 2 horas, sin contar el tiempo invertido en buscar un estacionamiento no tan caro, un lugar en una calle “segura” o un viene viene con cara de buena persona y que no cobre tan caro el derecho de piso… si utilizo transporte público, el mismo trayecto dura aproximadamente una hora y media… así es, -cuando lo pienso- digo de manera optimista “mi vida no podría ser peor”… hoy lo fue…en mi andar por el metro (transporte que utilizo pa’ desplazarme de norte a sur y de vuelta) note que en los últimos meses ha dejado de prestar su eficientísimo y economiquisimo servicio o no sé, más bien mi paciencia se ha agotado a lo largo de estos años, y es que ya no tolero que pasemos en el andén 15 minutos o más esperando subir a un vagón… y todavía no conforme con la espera avasallante… habrá que pelear cual gladiadores por un lugarcito para dormirse, darse el "retoque" (las que se maquillan pues), ir en el guiri washa, escuchar música y en algunos casos –desafortunadamente los menos- poder leer, bueno dejen ustedes esas actividades no anecdóticas, eso es secundario cuando la prioridad es poder entrar aunque sea ahí a apachurrones.

Volviendo al karma del que hablo, un trayecto que debía durar 40 minutos duró cerca de 70 es decir casi el doble de gritos, (“no empujen” “dejen bajar”- y el que yo no entiendo y aplica para cuando se suben cinco que apachachurran a una o a uno, la una o el uno se sienten indignados por el aventón, ponen cara o refunfuñe, y la una o el uno de los cinco dice: - “Si no le gusta váyase en taxi”) por favor -no hagan eso- quien carambas utiliza de 7 a 9 de la mañana el metro por gusto, sé que no soy quién para decirlo después de este reclamo igual de "refunfuñoso", pero tolerancia usuarios, por necesidad potencial es indispensable usarla… y es lo único que queda. Y bueno, total que a razón de un retraso como tal, llegue tarde al trabajo y de ahí el día nomás no se compuso y yo aquí tenía que expresar el profundo enojo que me causa no saber a quien puedo reclamarle la determinante relación causal de vivir en sociedad y que el tiempo quede ahí perdido como mi mente en el techo al despertar.



Siempre me quejo!... Y qué importa esto es la vida ¿no? por ahí dicen que jacarandosa a veces negra y a veces rosa (que frase tan célebre he citado, bórrenla de su memoria porque la mía es presa de esas canciones pegajositas con frases sencillas y comunes pero que llegan lento y profundamente al subconsciente)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

COMETArios (gracias por ellos)